lunes, 29 de octubre de 2018

DISLALIA

Niños de 5 años que todavía no 

pronuncian bien

Cuando el niño a partir de los 5 años sigue con la lengua de trapo

Jimena Ocampo Lozano
Jimena Ocampo LozanoPsicopedagoga
Es común que cuando los niños comienzan a hablar tengan "lengua de trapo", no pronuncian bien las palabras, sólo les entienden sus padres, (y a veces ni eso), pero poco a poco, esto va desapareciendo y su habla cada vez es más entendible. 
Hay sonidos, (fonemas) que son más complicados que otros, y tardan más en adquirir o en pronunciar correctamente, como la R, RR, o la S. Y ciertas estructuras gramaticales se adquieren más tardíamente que otras. Pero, ¿qué ocurre con los niños de 5 años o más que todavía no pronuncian bien?

Problemas de pronunciación en niños de 5 años o más

Niños de 5 años que todavía no pronuncian bien, ¿Qué hacer?
Los problemas o dificultades en la articulación y organización del habla son normales y evolutivos hasta cierta edad, y aunque cada niño es un mundo y cada uno lleva su ritmo, si a partir de los 4-5 años esos problemas persisten, debemos acudir a un especialista en Logopedia para que valore, evalúe y trate los problemas del lenguaje en el niño.
Para que haya un adecuado desarrollo fonológico en el niño, debemos tener en cuenta que se dé en el niño un adecuado desarrollo físico de los mecanismos articulatorios para la producción de los sonidos del habla y un desarrollo de la percepción auditiva de las diferencias de sonido. Es decir, problemas auditivos, o problemas en los órganos articulatorios del habla, (lengua, paladar, ....) pueden dar lugar a dificultades o problemas en la pronunciación de los sonidos del habla.
Los problemas en la pronunciación de los sonidos de la lengua, es lo que se conoce como dislalia y podemos hablar de dislalia evolutiva, funcional o audiógena:
- Hasta los 4 años, es normal que los niños no pronuncien bien ciertos sonidos, es lo que se conoce como dislalia evolutiva que son aquellas dislalias, que se presentan en los niños durante la fase del desarrollo del lenguaje, debido a un inadecuado desarrollo de su aparato fonoarticulador pero que van desapareciendo conforme el niño va adquiriendo la capacidad de repetir correctamente por imitación las palabras que escucha.
La dislalia funcional es aquella en que el niño no utiliza correctamente los órganos articulatorios cuando tiene que pronunciar un fonema, ( no coloca la lengua en la posición correcta por ejemplo). Puede omitir, sustituir, distorsionar o insertar el fonema. 
La dislalia audiógena en la que el niño no articula correctamente debido una pérdida auditiva (en sus distintos grados).

Errores que se observan en niños con problemas de pronunciación

Ceceo: /s/ por /z/: “caza” por “casa”.
- Seseo: /z/ por/s/: “sapato” por “zapato”.
- Sustitución de /f/ por /p/ o /z/.
- Sustitución de /k/ por /t/.
Rotacismo: “gomper” por “romper”.
- Nasalización: /d/ por /n/, “animina” por “adivina”.
- Sonorización de consonantes sordas /g/ por /k/, “gasa” por “casa”.
- Problemas de anticipación, decir “títate” por “quítate”.
- Duplicación, “dififil” por “difícil”.
- Sustitución o asimilación de un fonema por otro. Por ejemplo, /t/ por /s/.
- Alteración del orden de los fonemas, por ejemplo “tonicias” por “noticias”.
- Alteración del orden silábico, como por ejemplo pronunciar “telófono”. 

Cuándo debemos acudir a un especialista si el niño no pronuncia bien

Por lo tanto que un niño con 4 años no pronuncie correctamente la R no supondría un problema, pero si a los 5 años sigue pronunciando mal, entonces deberemos consultar a un especialista, en este caso, el logopeda es quien puede valorar si hay un problema o es algo evolutivo y quien va a llevar a cabo la intervención adecuada para la recuperación de cada sonido de la lengua y nos puede orientar hacia la mejor intervención para nuestro pequeño.
Podemos decir que a partir de los 5 años, si el niño sigue hablando con lengua de trapo y nos cuesta entender lo que dice o pronuncia mal algunos sonidos de la lengua, puede presentar una dislalia y deberemos intervenir para su tratamiento.
Hay problemas orgánicos que debemos descartar, como por ejemplo, problemas en el paladar o frenillo, que son problemas orgánicos que suelen detectarse pronto que van a requerir tratamiento logopédico. Niños con frecuentes otitis o pérdida auditiva también pueden presentar problemas en el habla al no discriminar adecuadamente los sonidos de la lengua, por lo que es un "factor de riesgo" en los problemas de pronunciación. 
Es importante intervenir lo antes posible, ya que problemas en el lenguaje pueden dar lugar a problemas en el aprendizaje de la lectoescritura, por lo que cuanto antes trabajemos en estos problemas, mejor pronóstico y menos incidencia en aprendizajes posteriores tendrán. 

Qué hacer si el niño de 5 años o más todavía no pronuncia bien

Es importante que los padres sirvamos de modelo en el lenguaje de nuestro pequeños, y aunque no vamos a hacer de logopedas, hay ciertas cosas que debemos tener en cuenta:
No fomentar el lenguaje "infantilizado" del niño, (si el niño con 4 años dice "tetota" en lugar de pelota, no debemos usar nosotros esa palabra, sino la correcta, aunque nos parezca divertido su lenguaje)
- No presionar al niño ni exigirle una adecuada pronunciación. Darle el modelo correcto pero sin exigir que lo pronuncie, ( si nos dice tero la petota, decirle "ahh...quiero la pelota", pero sin exigirle que lo repita adecuadamente).
Evitar decirle al niño "así no se dice", o "está mal", o " como no te entiendo no te hago caso" como decíamos antes, le doy el modelo correcto pero sin "regañar".
- Aunque no nos parezca importante, el uso de chupetes o biberones más allá de los dos años de edad puede suponer un problema a la hora de pronunciar de los pequeños, ya que pueden dificultar un correcto desarrollo de los órganos articulatorios.
- Así mismo, la alimentación es importante, ya que la masticación es parte de la ejercitación de los músculos que intervienen en el habla. Seguir con elementos que no ayuden a potenciarlos, (potitos, purés, darles todo blandito) puede llevar a repercusiones posteriores en la realización de los movimientos necesarios para realizar los sonidos.

miércoles, 24 de octubre de 2018

TRABAJAMOS LA CONDUCTA

EJERCICIOS PARA TRABAJAR LA CONDUCTA


TRABAJAMOS LA CONDUCTA

Cuando lo padres se dirigen al especialista por problemas de conducta normalmente son niños con conducta impulsiva, que no regulan bien las emociones, reaccionando de un modo automático e impulsivo ante una situación y que en general no es la respuesta más adecuada, originando problemas de convivencia tanto en casa como en la escuela.

Para  aprender a mantener el autocontrol, hay diferentes técnicas para trabajar.

El autocontrol nos proporciona sensación de control interno,  es la capacidad de modular y controlar las propias acciones en una forma apropiada a la edad.

Una persona se comporta de manera autocontrolada cuando es capaz de responder decidiendo, eligiendo su respuesta adecuada ante una situación, en cambio la conducta impulsiva revela una carencia de respuesta intelectual, valorando la situación, y de decisión, orientada hacia las alternativas socialmente aceptadas.

A continuación os dejo una serie de actividades y material para trabajar el autocontrol.

Para desarrollar estas actividades debemos plantear a los niños los siguientes objetivos:

  • Aprender a mantener el autocontrol.
  • Reflexionar sobre situaciones que nos producen malestar y reconocer los sentimientos que las provocan para poder controlarlos.
  • Conocer las consecuencias de la alteración de la norma.
  • Buscar alternativas de conducta adaptativa.

Objetivos  a conseguir :

Identificar  las diferentes señales que el cuerpo nos da cuando nos empujan, nos cogen algo, nos acusan, no nos compran lo que queremos, no hemos acabado un trabajo, etc.

Si aprendemos a identificar esas señales, sabremos cuando deberemos implementar los trucos aprendidos para mantener la calma y relajarnos, pensando siempre en la consecuencia que pueda tener nuestra conducta.


La  técnica del semáforo para controlar la ira y el enfado.



Deben aprender que cuando no podemos controlar una emoción ,sentimos mucha rabia, queremos agredir a alguien, nos ponemos muy nerviosos. Entonces explotamos y aparece el conflicto.

Tenemos que pararnos como cuando un coche se encuentra con la luz roja del semáforo.

Después de detenerse, es el momento de pensar y darse cuenta del problema que se está planteando y de lo que se está sintiendo luz amarilla.

Y si uno se da tiempo de pensar pueden surgir alternativas o soluciones al conflicto o problema. Es la hora de elegir la mejor solución ,luz verde.





Le podemos dejar la imagen en un lugar visible para que la tengan en cuenta, a modo de recordatorio y así van interiorizando el proceso.


El volcán

Se trata de una técnica muy eficaz para mejorar el autocontrol, sobre todo en esos momentos en los que el niño parece estar a punto de explotar. En esencia, se trata de utilizar las imágenes para concienciar el comportamiento. De esta manera, el niño será capaz de detectar cuándo está a punto de comportarse de manera inadecuada y podrá detenerse a tiempo.
Para poner en práctica esta técnica, tendrás que pedirle que imagine su interior como si fuera un volcán que representa toda su fuerza y energía. Explícale que, como muchos otros volcanes, su volcán interior también se descontrola y entra en erupción, haciendo que explote todo lo que lleva dentro. La idea es que el niño aprenda a reconocer las señales de la ira y el enfado, asociándolas con la lava caliente y la erupción. De esta forma podrá detenerse antes de llegar al punto de no retorno.
Una vez el niño sea capaz de distinguir la ira, el enfado, la irritabilidad o la frustración, debes enseñarle estrategias para hacerle frente a la impulsividad. Existen estrategias muy simples, como respirar profundamente mientras se da órdenes internas del tipo “tranquilízate”. También puedes decirle que cuente hasta 10 o hasta 20, hasta que haya pasado el enfado. Otra alternativa consiste en alejarse de la situación que le está molestando, para recuperar la calma.

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lunes, 22 de octubre de 2018

CÓDIGO PSICOPEDAGÓGICO


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Mediante el código deontológico se establecen unos principios de actuación y de regulación del ejercicio de la profesión de Psicopedagogo que deben orientar su conducta en los diferentes niveles de responsabilidad en los cuales intervenga. Todos los Psicopedagogos se comprometerán en su conocimiento, la comprensión y la difusión del mismo, aparte de la ayuda recíproca en su uso en las diversas formas de ejercicio de la profesión.
Los principios y las normas del Código serán elementos de referencia para el correcto ejercicio de la profesión y sólo tendrán carácter normativo y vinculante, según el procedimiento disciplinario previsto en los estatutos y los reglamentos que lo desarrollan para el colectivo colegiado.
I – Principios generales
1. La profesión de Psicopedagogo se fundamentará sobre los valores, la dignidad y el respeto a los derechos de las personas, además de afirmar la libertad, la igualdad, la solidaridad y la participación con la consiguiente valoración de la autonomía, la subjetividad, los recursos propios y la asunción de responsabilidad.
2. La profesión de Psicopedagogo se pondrá al servicio de la persona, de la familia, del grupo, de la comunidad y de las múltiples instituciones sociales para contribuir a su desarrollo.
3. El Psicopedagogo atenderá a toda persona, familia, grupo, comunidad o institución social que exprese una demanda de intervención y la considerará como a única y diferente de otra situación análoga, colocándola en su contexto de vida y de relación.
4. La condición de edad, sexo, estado civil, cultura, nacionalidad, religión, condición social, ideología política, discapacidad intelectual o física o cualquier otra diferencia o característica personal no ha de condicionar la profesión de Psicopedagogo, ni perjudicar el compromiso de estos profesionales hacia la persona.
5. En el ejercicio de su función profesional, el Psicopedagogo no expresará juicios de valores sobre la persona basándose en su comportamiento y será consciente de su responsabilidad social, puesto que, en su actuación profesional, puede influir en la vida de los otros.
6. El Psicopedagogo será responsable de los propios actos profesionales y de sus previsibles y directas consecuencias.
7. El Psicopedagogo, en su interpretación profesional, hará valer su autonomía técnico-profesional, la independencia de juicio, la conciencia con relación a la profesión de Psicopedagogo y la suya particular, y defenderá la autonomía profesional frente a los condicionamientos y presiones.
8. El Psicopedagogo utilizará el título profesional exclusivamente para la actividad profesional y no avalará ninguna actividad engañosa e impropia. 
II – Desarrollo de la profesión
1. El  Psicopedagogo  en el ejercicio  de  la profesión podrá establecer relaciones laborales en organismos públicos y privados y también desarrollar el ejercicio libre de la profesión como profesional autónomo o asociado.
3. El Psicopedagogo utilizará la metodología específica, los instrumentos y técnicas de trabajo, respetando las normas y los objetivos profesionales y se esforzará en los diversos niveles del ejercicio de la profesión para conocer y valorar los contenidos y la metodología de la misma.2. El comportamiento del Psicopedagogo está orientado hacia la dignidad profesional, en ningún caso abusará de su posición profesional.
4. El Psicopedagogo mantendrá interés en la propia formación permanente, estará al día en cuanto a técnicas, la información y las metodologías especializadas, a fin de garantizar una prestación de servicios en la atención de la persona.
5. El Psicopedagogo aceptará el encargo profesional exclusivamente en los límites de la propia competencia y en la relación profesional, de carácter contractual, con reciprocidad de derechos y deberes.
6. En el ejercicio de su profesión, el Psicopedagogo percibirá la retribución que se ajuste a aquello que previamente se haya pactado en el momento del contrato y se haya convenido en el plan de actuación, excepto en el caso que circunstancias sobrevenidas y suficientemente justificadas aconsejen este cambio.
7. El Psicopedagogo recibirá la cantidad pactada correspondiente al trabajo realizado y a las condiciones del encargo recibido.
III – De la responsabilidad hacia el usuario
1. El Psicopedagogo desarrollará sus competencias profesionales para promover la autodeterminación, la autonomía y la potencialidad de la persona atendida, creando las condiciones para hacerla participar activa y responsablemente en su propia intervención.
2. En el desarrollo de la profesión, el Psicopedagogo preparará la propia formación en relación con la atención a la persona a la cual informará ampliamente sobre sus derechos, ventajas y desventajas, recursos, programas e instrumentos profesionales, y deberá recibir su consentimiento explícito o de su representante legal.
3. El Psicopedagogo deberá tener el consentimiento del usuario en relación con su colaboración con otras personas que puedan estar presentes durante la intervención por motivo de estudios, formación o investigación.
4. La intervención profesional a un menor estará sujeta al consentimiento de los padres o del representante legal. El Psicopedagogo también intervendrá en los casos que requiera el organismo administrativo competente o el organismo judicial.
5. El Psicopedagogo, que en el ejercicio de su profesión tenga conocimiento de situaciones objetivas de sufrimiento y de violencia a menores o a adultos en situaciones de impedimento físico o mental, tendrá que comunicarlo a los organismos competentes según la normativa legal vigente. 
IV – Regulación del comportamiento del Psicopedagogo
1. El Psicopedagogo intentará favorecer la relación profesional hasta que la situación lo requiera o sea necesario.
2. El psicopedagogo pedirá asesoramiento especializado en relación con su intervención profesional, cuando lo requiera.
3. El Psicopedagogo respetará rigurosamente las opiniones y los rasgos de personalidad de la persona atendida; la intervención profesional se realizará con respeto para la persona y sus derechos, teniendo en cuenta su estado psíquico y físico.
4. El Psicopedagogo que actúe por orden judicial o en cumplimiento de la función de control administrativo informará a la persona interesada de sus funciones y las consecuencias de éstas.
5. El P Psicopedagogo que realice la función de perito lo hará con criterios de independencia e imparcialidad, ateniéndose específicamente al encargo recibido.
6. El Psicopedagogo no podrá utilizar la relación con la persona a la cual atiende para obtener intereses o ventajas propias. Diferenciará el papel profesional de la vida privada. No será permitida ninguna actividad dentro las relaciones profesionales que pueda tener ventajas propias fuera de la remuneración profesional acordada.
V – El secreto profesional y la privacidad
1. El Psicopedagogo guardará el secreto profesional, condición exigida en la profesión, y guardará las informaciones privadas que obtenga en el decurso de su intervención profesional.
2. La revelación del secreto profesional se realizará solo bajo los imperativos de la ley o por consentimiento expreso del interesado o de su representante legal, y en cualquier caso de conformidad con la legislación vigente.
3. La transmisión a las otras entidades, colegios o agencias de documentaciones relativas a situaciones de personas, comportará en consecuencia la transmisión del oficio de petición escrita del cumplimiento del secreto profesional.
4. El Psicopedagogo tendrá cuidado del material sobre el usuario y lo protegerá de cualquier indiscreción, con la aceptación la persona interesada o el representante legal, el acceso a toda la documentación que se guarde, al menos durante un año como mínimo.
5. El Psicopedagogo, en las relaciones con la prensa y los otros medios de información y de difusión, tendrá un papel acorde a su responsabilidad profesional. Y en todo caso mantendrá la privacidad, el equilibrio y el respeto debido al secreto profesional.
VI – De la responsabilidad hacia otras profesiones y organismos profesionales
1. El Psicopedagogo establecerá relaciones de colaboración con otros colegios y otros profesionales y promoverá la integración de las intervenciones, para dar una respuesta adecuada y procurar la globalidad en la atención al usuario y realizar, en consecuencia, una buena comunicación interpersonal.
2. El Psicopedagogo intentará resolver diferencias de opiniones y posiciones profesionales con lealtad y corrección.
3. Al presentar un escrito o documentación técnica, el Psicopedagogo indicará la fuente de otras informaciones.
VII – De la responsabilidad, en la dimensión pedagógica, hacia la sociedad
1. El Psicopedagogo contribuirá al desarrollo de la política social, la mejora de la calidad socioeducativa de la persona, la familia y la comunidad, diferenciando la respuesta a las necesidades y favoreciendo la prevención y la participación activa de los ciudadanos.
2. El Psicopedagogo actualizará su competencia profesional y las técnicas y herramientas de intervención, a través de programas innovadores y, a la vez, pragmáticos con el fin de mejorar la calidad socioeducativa de los ciudadanos.
3. El Psicopedagogo potenciará la investigación y procurará proteger el bienestar educativo de la colectividad actuando de manera que se amplíen las oportunidades de todas las personas y, en particular, atendiendo a las personas en situaciones de desventaja.
4. El Psicopedagogo interpretará las necesidades educativas individuales y de grupo de los ciudadanos, creando conciencia social y favoreciendo los procedimientos de crecimiento y de desarrollo de la colectividad.
5. Cualquier forma de publicidad que implique la actividad profesional se inspirará en los principios de rigor y seriedad técnico-científica y protegerá la imagen del profesional, evitando comportamientos incorrectos y respetando a las personas.


domingo, 21 de octubre de 2018

TDHA, los problemas de atención para hacer los deberes

¿Qué es la atención?

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Es uno de los procesos psicológicos básicos. Supone dirigir, concentrar la energía psíquica en algo. Tiene una relación directa con el aprendizaje y lo condiciona seriamente, en la medida en que, si no se perciben y codifican adecuadamente los estímulos, no podrá producirse un aprendizaje normalizado. Está íntimamente relacionado con la percepción y la memoria.

La solidez de las capacidades de estudio en casa y en el colegio es fundamental para que el aprendizaje sea eficaz. Los niños con TDAH suelen tardar más en terminar sus deberes que otros niños, en consecuencia, puede ser útil que los padres y profesores controlen los aspectos siguientes:

  1. - Cantidad de deberes que el niño puede hacer
  2. - Posibles actividades alternativas para realizar en casa con las que el niño pueda alcanzar los mismos objetivos de aprendizaje.


- Capacidad: Comprender instrucciones
La comprensión incorrecta puede ser un problema para los niños con TDAH. Aunque a algunos les resultan más fáciles de seguir las instrucciones verbales, otros prefieren instrucciones por escrito e imágenes.
- Recomendaciones para prestar apoyo:
Facilite instrucciones tanto por escrito como verbales. Subdivida las instrucciones en pasos sencillos y formule preguntas para verificar que las han entendido completamente.

- Capacidad: Lectura
Los niños con TDAH pueden tener dificultades para leer. La causa puede ser su facilidad para distraerse o su dificultad para concentrarse, o bien un problema concreto para la lectura, como la dislexia.
- Recomendaciones para prestar apoyo: Los padres: Tómense su tiempo para estar con su hijo y escucharle mientras lee materiales que le resultan interesantes. Procuren que el niño practique el máximo posible. Vean la versión cinematográfica de una novela; esto puede estimular el pensamiento y animar al niño a leer la novela o a leer otros libros del mismo autor. Si el niño sigue teniendo dificultades para leer, consulten en el colegio si disponen de pruebas específicas para los trastornos en relación con la lectura. 
El profesor: ¿Puede prestarle algún otro tipo de apoyo para ayudarle con la lectura? Es aconsejable evitar situaciones incómodas, como pedir al niño que lea delante de la clase

- Capacidad: Escritura
La escritura puede resultar difícil para muchos niños, y si resulta ilegible puede ser motivo de malas calificaciones, aunque el contenido sea correcto. La falta de destreza en la escritura puede deberse a un problema de coordinación, o simplemente a falta de concentración. También podría ser sólo una muestra de falta de interés y un posible motivo para comprobar si existe disgrafía.
- Recomendaciones para prestar apoyo: Cerciórese de que la altura a la que se sienta el niño a la mesa es la adecuada para propiciar una escritura más correcta. Reserve tiempo para que el niño haga ejercicios de caligrafía. Felicítele cuando observe cualquier mejora. Si el problema persiste, permita que el niño mecanografíe todos los trabajos escolares, lo que también ayudará en el terreno de la concentración.

- Capacidad: Mantenimiento de la atención
Mantener la atención y la concentración puede ser una de las mayores dificultades para un niño con TDAH
- Recomendaciones para prestar apoyo: Procure que el entorno de aprendizaje sea estimulante e interesante Las tareas cortas y centradas ayudarán a que el niño participe. Realice muchas pausas breves y anime a los alumnos a que hagan ejercicio durante las mismas. Haga preguntas y premie que hayan prestado atención.

- Capacidad: 
Cumplimiento de las normas
Cumplir las normas puede ser un problema. Algunos niños con TDAH pueden: tener dificultades para entender o recordar normas no ser capaces de analizar las consecuencias de sus actos impulsivos.
- Recomendaciones para prestar apoyo: Asegúrese de que las normas están expuestas con claridad. Si es posible, utilice signos o imágenes para que las normas resulten más fáciles de ver, comprender y recordar. Haga referencia a las normas y repítalas periódicamente Comente con el niño la importancia de cumplir las normas y las consecuencias de no cumplirlas Felicite al niño cuando siga una norma, aunque sea por poco tiempo. Céntrese en el comportamiento positivo y los niños cumplirán las normas antes que con reprimendas o castigos.





- Capacidad: Comenzar una tarea
Iniciar una tarea puede resultar en ocasiones difícil para un niño con TDAH, en especial si el ámbito al que pertenece no le interesa.
- Recomendaciones para prestar apoyo: Ofrézcale una motivación concreta para realizar la actividad Enseñe al niño cómo superar los obstáculos que le impiden empezar la tarea Empiece la tarea usted mismo, por ejemplo, escriba la primera frase en la pizarra y pida al niño que continúe Proponga a la clase un intercambio de ideas y escriba las propuestas en la pizarra Muéstreles un vídeo breve sobre la cuestión y hágales preguntas. Por último, pídales que escriban un resumen Pida a los niños que ejerciten la escritura libre para que liberen su creatividad.

Realizar los deberes
Los padres/cuidadores pueden desempeñar una función esencial para ayudar al niño con TDAH a realizar los deberes y entregarlos en el colegio. Los consejos siguientes ofrecen algunas ideas prácticas para ayudar a su hijo con los deberes. Gestión del tiempo:
Debe comenzar por lo más difícil. Anime a su hijo a que realice primero las tareas más difíciles. Si se deja lo más fácil para el final, puede que aún quede cierta capacidad de concentración
Haga pausas. A su hijo le beneficiará descansar cinco minutos cada media hora,
Establezca rutinas para los deberes. Al igual que sucede con el resto de los niños, ponerse a hacer los deberes puede ser difícil por el cansancio de la jornada escolar, o porque hay otras cosas más interesantes que hacer. Tal vez sea de utilidad establecer un ritmo de tareas en el que las actividades como jugar o ver la televisión se utilicen como recompensas.
Utilice tarjetas con los puntos clave. Durante la revisión previa a un examen, utilice tarjetas en las que haya anotado los puntos más importantes y así desglosar la información en apartados de menor tamaño, más fáciles de recordar.
Divida las tareas más grandes. Dividir en apartados más pequeños las tareas facilita su realización. Coloque un calendario en la pared que refleje la fecha en que se debe finalizar cada una .
Herramientas de organización:
Utilice un libro para los deberes. Debe incluir en él información detallada de las tareas que debe realizar el niño, los recursos necesarios y la fecha en la que tiene que entregarlas. Las tareas finalizadas debe firmarlas tanto el progenitor como el profesor, de modo que constituyen una manera práctica de trabajar en colaboración. Esto puede ayudar a su hijo a asumir responsabilidad y establecer prioridades
Utilice las notas de aviso del teléfono móvil. Configure una nota de aviso en el teléfono móvil de su hijo para que suene antes de que salga del colegio y le recuerde la entrega de los deberes
Reserve un lugar para hacer los deberes. Establezca una zona, preferiblemente una mesa, destinada sólo a hacer las tareas escolares. Anime a su hijo a que mantenga la zona recogida, de modo que no sea necesario perder tiempo para organizarla antes de ponerse a hacer los deberes. También es mejor que su hijo haga sus tareas en un sitio en el que pueda vigilarle.
Utilice una bandeja. Anime a su hijo a que vacíe la mochila en una bandeja todos los días al volver del colegio. La consulta del libro para los deberes le permitirá decidir qué materiales necesita para las tareas asignadas ese día y cuáles tiene que entregar más tarde
Ayúdele en la devolución de la tarea al profesor. Anime a su hijo a que use una carpeta específica para las tareas finalizadas. Esto le permitirá a usted verificar al día siguiente, antes de que su hijo se vaya al colegio, si la carpeta está en la mochila
Sistemas de recompensa:
Acuerden una recompensa. Ofrezca recompensas por la finalización satisfactoria de las tareas que su hijo haya entendido claramente.
Establezca plazos realistas. A los niños con TDAH les lleva más tiempo realizar las tareas de casa que las que se realizan en el colegio.
Anime a su hijo a que se fije sus propios tiempos para hacer los deberes. Esto aumenta el interés y puede hacer que acelere el ritmo para “ganar al reloj” (que actúa como factor de motivación) y terminar antes de la hora señalada
Ofrezca recompensas como: Permitirle dedicar más tiempo al ordenador o a ver la TV Ofrecerle comentarios positivos sobre los resultados en el colegio Permitirle irse a la cama más tarde el viernes por la noche Leerle un cuento o jugar con él. Los padres deben comprobar siempre si la recompensa es válida averiguando qué es lo que motiva más al niño. La recompensa tiene que ser algo que su hijo desee mucho, de lo contrario, no funcionará.


Bibliografía : guia de detecció i intervenció del COPC


ADOLESCENTES CON TDAH

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